Básicamente, los delitos se clasifican según su seriedad, mientras más grande es el daño, más grave será el delito; pero las circunstancias también influyen en el proceso legal y las sentencias.

Por ejemplo, si se trata de crímenes contra la propiedad, la gravedad de un delito es proporcional al valor del bien que fue tomado o dañado; es decir, cuanto mayor es el valor de una propiedad, más serio es el delito. Con respecto a los crímenes contra personas, se observa el mismo principio. Mientras mayor es la lesión, más serio es el crimen.

Sin embargo, el derecho penal en los EE. UU. tiene sus matices, y muchos factores afectan el resultado de los casos; entre ellos se citan:

• La existencia o ausencia de antecedentes penales.
• El delito fue cometido con crueldad, mala voluntad, intención, indiferencia o imprudencia.
• La víctima fue un menor de edad, grupo minoritario, jubilados, personas con discapacidad, etc.
• Hubo un alto grado de violencia.
• Se empleó un arma de fuego.
• Hubo daño al público en general.

En consecuencia, un delito menos serio se puede convertir en grave debido a la presencia de alguno de estos factores adicionales. Bajo esta perspectiva, en los Estados Unidos se contemplan los siguientes tipos de delitos, según su gravedad:

• Infracciones.
• Delitos menores.
• Delitos graves o felonías.